sábado, 9 de junio de 2012

¿DEBERÍA EN ALGÚN CASO ALGUIEN QUE ACTÚE COMO AUTORIDAD LIMITAR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN?



Para publicar hoy en mi blog he decidido hablar sobre esta pregunta sobre la que estuvimos debatiendo un día de esta semana en clase y me pareció interesante y por eso he decidido dedicar este blog a este tema.

Para empezar empezaré hablando de la libertad de expresión, Wikipedia lo define como un derecho fundamental o un derecho humano, señalado en el artículo 19º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. La libertad de expresión es un derecho que todos tenemos por el simple hecho de ser humanos que consiste en poder manifestar nuestras ideas gusten o no gusten a los demás.

Yo estoy a favor de la libertad de expresión, pienso que todos podemos pensar de una forma u otra sin tener que ser obligado a una forma de pensamiento, pero también pienso que hay casos determinados en los que la libertad de expresión se debería LIMITAR (he dado énfasis en la palabra limitar porque no quiero que se confunda con prohibir o suprimir) por alguien que en unas circunstancias tenga autoridad o poder, por ejemplo, como el otro día se planteaba en clase, en un aula la autoridad con poder para poder limitar la libertad de expresión en algún caso sería el profesor, en un país sería el estado, en una familia serían los padres a los hijos, etc. También quiero que quede claro en algún caso, es decir, que no solo por tener el poder de limitar la libertad de expresión la limito cuando yo quiero y me da la gana, si no en casos extremos.

Por tanto, la tesis que voy a defender es que sí que en algún caso alguien que actúe como autoridad puede limitar la libertad de expresión, y a continuación voy a dar algunas razones por las que apoyo mi tesis:


En primer lugar, pienso que en los casos en los que la libertad de expresión de una persona invada la libertad de otra creo que quien tenga la autoridad debería de actuar limitando la libertad de expresión de esa primera persona. Es decir, que creo que se debe limitar en algunos casos que son muy extremos porque como dicen por ahí, Tu libertad acaba donde empieza la mía, con esto quiero decir que porque tengamos derecho a expresarnos libremente no tenemos porque hacer suprimir la libertad de expresión de otra persona, porque precisamente al igual que una persona tiene ese derecho el resto de personas, sin discriminación alguna, tiene exactamente el mismo derecho y es inviolable.

En segundo lugar, creo que si hay ciertos casos en los que se debería limitar la libertad de expresión porque si no esto sería un desmadre, unos se manifestarían contra otros, otros contra los unos y esto sería una guerra, por eso creo que quien tiene el poder sobre todo un grupo debe saber cuando algo se pudo expresar y cuando se debe limitar. Creo que uno de los papeles de quién ejerce como autoridad sobre el resto es precisamente ese, actuar limitando, y no tan solo con la libertad de expresión, si no con el resto de cosas, al igual que se la velocidad en la carretera, la tasa de alcohol al volante, etc. Creo que todo se puede hacer pero siempre y cuando se establezcan unos límites, y estos límites deben ser impuestos democráticamente por quién tiene el poder.

Como contraargumentos podría decirse que no, ya que si se limita la libertad de expresión, en realidad, no tenemos libertad de expresión puesto que está controlada. Para ello, postulo que si no se limitase, como todo en la vida, la libertad de unos destrozaría la libertad de otros, el que tiene más poder vencería al que tiene menos, por esto creo que tiene que haber un poder supremo elegido democráticamente que imponga unos límites razonables.

En conclusión, creo que todo es bueno en cierta medida, por lo que por supuesto que tenemos que tener libertad de expresión pero con unos límites, porque pienso que cuando se abusa de algo, en este caso la libertad de expresión, es perjudicial para nosotros y, además, para el resto. Y desde luego, estos límites no pueden ser impuestos por cualquiera, según su parecer, sino por alguien correcto, y que todos o la mayoría, estén de acuerdo de imponer a ese alguien frene al poder.

jueves, 24 de mayo de 2012

¿LOS IDEALES DE UNA PERSONA SON REALMENTE ELEGIDOS POR ESA PERSONA O IMPUESTOS POR OTRAS QUE LE RODEAN?


Cuando tuvimos que dar un paseo por clase mirando las preguntas que otros compañeros se habían planteado, me sentí atraída por esta pregunta de María.
Me gustó porque es una cuestión que a veces yo también me he planteado preguntas similares. Ocasiones en las que tenemos que tomar una decisión o elegir entre varias opciones y no sabemos si optar por aquello que realmente queremos o por lo que los demás querrán o verán mejor. Por tanto, me pregunto ¿realmente hago, digo, pienso lo que quiero o lo que los demás quieren que haga?

En cuanto a la estructura de la pregunta, cuando la vi me sonó extraña la palabra ideales, pero yo lo entiendo como decisiones, ideas, opiniones, etc.
Por otra parte dice por otras personas que le rodean, que pienso que evidentemente, lo lógico es que si alguien se deja influenciar o piensa como otro sea por alguien con el que tenga trato o confianza, es decir, por personas de su entorno. Por tanto, creo que la pregunta está clara y se entiende a lo que se refiere.

La tesis que voy a defender es que los ideales de una persona están notablemente influenciados o impuestos por otras personas que le rodean, ya sean amigos, familiares, compañeros, profesores, etc. A continuación voy a explicar los motivos por los cuáles defiendo esta tesis:

En primer lugar, pienso que el ser humano es como una esponja. Todo lo que vemos, oímos, sentimos deja una huella en nosotros, que, con el tiempo, puede borrarse, permanecer durante un tiempo o incluso, permanecer para siempre. Es decir, que todo nos influye o afecta para bien o para mal, por eso digo, que somos como esponjas que vamos absorbiendo opiniones, ideas, gustos…de otras personas, que evidentemente se trata de personas con las que nos relacionamos, hablamos, etc. Por ejemplo, alguien al que no le guste beber puede que salga de fiesta con sus amigos que lo animen a hacerlo y terminar gustándole, o una chica a la que no le guste ponerse falda y que vea que el resto de sus amigas si que llevan puede que algún día lo haga ella también y quizás luego le encanten. Con estos últimos ejemplos he querido explicar, que hay ideas, pensamientos, gustos que son de forma indirecta impuestos por nuestro entorno.

En segundo lugar, creo que los ideales de una persona en parte son elegidos por otras personas de forma indirecta como consecuencia de que vivimos en sociedad. Al vivir en sociedad unos nos influenciamos en otros y los otros de los unos irremediablemente y sin darnos cuenta. Por el contrario si viviésemos aislados no tendríamos de quién influenciarnos o no habría nadie que pudiese influir en nosotros aunque sea de modo indirecto. Por tanto, creo que vivir en sociedad es una de las grandes razones por las que nuestros ideales, son también, los ideales de otras personas. Por ejemplo, ¿por qué vamos vestidos? Porque los demás también lo van, entonces, ¿si los demás fuesen desnudos nosotros también lo iríamos? Pienso que sí, porque hacemos lo que vemos, oímos o piensa nuestro entorno, nuestra sociedad.

Habrá quien piense que los ideales de una persona no guardan relación con los de otras o no son los mismos que los de otras. Para ello, postulo que realmente si está influido por la sociedad, por el entorno en el que vivimos, pienso que desde que nacemos se nos va imponiendo unas ideas, unos pensamientos sin darnos cuenta, y creo que un buen ejemplo son las modas, cuando se llevaban los pantalones acampanados casi todos los llevábamos, ahora se llevan los pitillo y también los llevamos la mayoría. ¿Si no influyese las ideas o pensamientos de alguien en los demás, por qué vestimos todos más o menos iguales? o, ¿por qué los árabes tienen como costumbre rezar cinco veces al día en dirección a La Meca, por gusto o por qué lo han visto o aprendido de otras personas, de sus padres por ejemplo?

En conclusión, creo que nuestros pensamientos, ideas, gustos, etc están muy condicionados por los de los demás, porque todo queramos o no lo percibimos e irremediablemente nos influye, no podemos decir no esto no lo quiero oír o no esto no lo quiero ver, además, vivimos en sociedad y es inevitable que unos nos contagiemos de otros y los otros de los unos, interactuamos, es como que se transmite y pasan de unos a otrs, entre una sociedad unas ideas, unos gustos, unos pensamientos, etc.

jueves, 17 de mayo de 2012

¿SABEMOS LOS ADOLESCENTES LO QUE REALMENTE QUEREMOS?


Hoy en la entrada de mi blog voy a reflexionar sobre esta pregunta ya que en los últimos días en distintas situaciones he pensado sobre ella.
Me pregunto esto porque hay veces en las que me doy cuenta que lo que en un primer momento pienso puede que tan solo dos minutos después ya no lo piense, y creo que puede ser un acto frecuente en los adolescentes.
El otro día en clase surgió la pregunta ¿Prefiero conocer la verdad o vivir engañado? Además, también apareció esta frase: “La ignorancia da la felicidad”. Enseguida pensé mi respuesta a esa pregunta; vivir engañados, pero cuando escuché la frase estaba aún más segura de que la respuesta que había escogido era la que realmente creía. Sin embargo, reflexionamos con la misma pregunta pero en el ámbito del amor, y entonces, la mayoría de quiénes pensaban al igual que yo y yo, respondimos lo contrario.
Entonces me pregunto, ¿Realmente estamos seguros de lo que queremos? ¿Es esta contradicción propia de la adolescencia?
Digo adolescentes porque he comprobado que por lo menos a la inmensa mayoría de ellos nos sucede, aunque con esto no quiero decir que a los adultos no les suceda.


La tesis que voy a defender es que los adolescentes no sabemos lo que en realidad queremos por algunas razones que a continuación voy a explicar:


En primer lugar, creo que los adolescentes no sabemos lo que queremos porque la adolescencia es una etapa de la vida en la que los adolescentes nos dejamos influenciar mucho por nuestro entorno (amigos, familiares, compañeros, etc). Puede que un adolescente al que le influye mucho las decisiones u opiniones de su entorno cuando se convierta en adulto también lo sea, pero sobre todo es en esta etapa en la que normalmente ocurre. Cuando pensamos una cosa y nuestro compañero piensa otra tendemos a inclinarnos hacia su postura, cuando vemos que el resto hace algo que yo no hago enseguida lo hacemos nosotros también para no sentirnos evadidos, etc. De modo que creo que no sabemos lo que queremos pero porque en realidad, no sabemos lo que los demás quieren.


Por otra parte, pienso que otro motivo por los que los adolescentes no sabemos lo que queremos es porque la adolescencia también es una etapa caprichosa. Es decir, no es que no sepamos lo que queremos sino que verdaderamente no queremos nada, tan solo nos encaprichamos, no queremos algo, nos encaprichamos en algo. Un día nos levantamos, nos miramos al espejo y nos apetece algo, un capricho, se nos antoja y lo tenemos que tener sí o sí, sin embargo, puede que pasado un tiempo, que no necesariamente tiene que ser mucho, ya no le encontramos interés. ¿Qué adolescente no se ha encaprichado en una camiseta o alguna prenda de ropa que al poco tiempo ya no quería?


En tercer lugar, otra de las razones por la que mi respuesta a esta pregunta es no, es porque creo que aún somos muy jóvenes, y para saber realmente lo que queremos necesitamos experiencias, que pienso que todavía no nos ha dado tiempo a vivir, y aprender de ellas, de lo que es bueno, de lo que es malo, de lo que nos gusta, de lo que no nos gusta…Pienso que para saber lo que queremos necesitamos vivir, experimentar, aprender de ello y deducir lo que queremos y lo que no, por lo que los adolescentes aún no lo sabemos puesto que tampoco nos ha dado tiempo suficiente a vivir y experimentar.


En conclusión, mantengo que los adolescentes no sabemos lo que queremos puesto que es algo propio de esa etapa de la vida, ya que, nos dejamos llevar por otras personas, además, somos caprichosos, lo que un día nos gusta otro ya no, y también porque pienso que para saber lo que verdaderamente queremos tenemos que tener experiencias y aún somos jóvenes para que nos haya dado el tiempo suficiente para eso.
Pienso que el hecho de que no sepamos lo que queremos puede ser un aspecto negativo pero que también lo es positivo, porque si nos equivocamos al elegir, nos beneficia ya que de alguna forma también aprendemos de los errores.







lunes, 30 de abril de 2012

¿SIRVEN LAS ILUSIONES?




Hoy en esta nueva entrada de mi blog he decidido hablar sobre las ilusiones, más concretamente, en qué consiste, para qué sirven. Supongo que todos hemos estado ilusionados alguna vez, hemos sentido esa sensación, que pienso que es agradable, pero que pueden desencaminar hacia dos caminos, el positivo o el negativo.

Cuando tenemos ilusión por algo o alguien y esa ilusión se ejecuta, se realiza o se cumple, este sería el lado positivo, nos sentimos más ilusionados aún, contentos y satisfechos. Pero sin embargo, no siempre es así, sino que hay veces en las que tenemos unas ilusiones que luego no se cumplen o no cumplen las expectativas que nosotros teníamos, este sería el lado negativo, y entonces, nos sentimos defraudados, quizás en cierto momento tristes, nos preguntamos el porqué nos habremos ilusionado por una tontería, etc. Entonces es cuando me surge estas preguntas, ¿para qué sirven las ilusiones? ¿sirven las ilusiones?

Pero también se me ocurre pensar ¿qué son las ilusiones? La R.A.E define el término ilusión como: Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo.
Tenemos ilusión por algo cuando tenemos la esperanza, y creo que a la vez también alegría,  de que ese algo ocurra.

La tesis que voy a defender es que las ilusiones si existen, y que incluso son muy importantes para nuestra vida, por algunas razones que a continuación voy a explicar:

En primer lugar, pienso que las ilusiones sí que sirven y como he dicho antes son muy importantes en nuestra vida porque creo que sin ellas nuestras vidas no tendrían alegría, serían tristes y frías. Las ilusiones hacen que nuestra vida tenga sentido, que nos sintamos atraídos por algo y que cada día, nos levantemos con la alegría y la esperanza de que algo ocurra, o de que algo no ocurra. Por ejemplo, los estudiantes, o yo particularmente, ya en estas fechas, tengo ilusión por que llegue el verano y sacar el curso adelante, cada día que pasa siento como cada vez estoy más cerca de la meta, es una ilusión que nos mantiene constantemente activos. Pienso que las ilusiones hacen que tengamos más ganas de vivir, que le dan sentido a la vida, que cada día tengamos esa sensación por conseguir algo, y que, además, nos hacen fuertes, ya que cuando queremos conseguir algo, una ilusión, quizás no lo consigamos a la primera, ni a la segunda, pero a la tercera sí y nos van haciendo fuertes pasa seguir adelante y poder conseguir esa meta sin tirar la toalla por el camino.

Por otra parte, creo que las ilusiones si sirven porque creo que también aprendemos de ellas. Cuando tenemos una ilusión y hacemos todo lo posible por conseguirla día tras día y al final nos damos cuenta de que no podemos conseguirla o de que hemos fracasado, pensamos que las ilusiones no sirven para nada, o, porqué me habré ilusionado por esto, pero es que, cuando fracasamos ya sea por las ilusiones o por otra cosa cualquiera, aprendemos. Aprendemos a no volver a equivocarnos con lo mismo, (a no tropezar dos veces con la misma piedra), a no hundirnos cuando fracasamos sino a seguir con más ilusión aún, a saber en qué o en quién podemos confiar, etc,etc.


En conclusión, creo que no solo está bien que tengamos ilusiones, ilusionarnos por las cosas, sino que debemos hacerlo para impregnar en nuestra vida más sellos de alegría. Las ilusiones son todo, si no tuviésemos ilusión por nada no tendríamos ganas de vivir, la vida se basa en las ilusiones, ¿sin ilusiones para qué? Debemos ilusionarnos por las cosas, aunque en un futuro, nos demos con un canto en los dientes, no importa porque también nos vendrá bien, así aprenderemos más.
Resumiendo, debemos ilusionarnos por todo lo que queramos, por la ropa, por los estudios, por los coches, por leer, por una persona, por lo que sea, pero ilusionarnos.

domingo, 4 de marzo de 2012

¿EXISTEN CULTURAS MEJORES QUE OTRAS?

Llegó la hora de responder a esta pregunta y cuando me pongo a pensar las respuesta que puedo dar, supongo que algunos compañeros también les ocurra, se me presentan respuestas contrarias, con argumentos contrarios a la respuesta y argumentos que al principio pensaba responder a la pregunta.

Para explicar lo que entiendo cuando se presenta la hora de responder a esta pregunta voy a empezar dando una definición de lo que para mí es cultura.
¿Cultura? Yo pienso que cultura es un término que recoge a un conjunto de conocimientos, modos de vivir y costumbres de un lugar geográfico determinado. Por ejemplo la cultura española, y la cultura árabe.

Es decir, esta pregunta la podría traducir como ¿Existe algunas costumbres, formas de vida, etc de alguna zona que sean mejores que otras de otras zonas?

Paralelamente, se planteó en clase la pregunta ¿Existen hombres mejores que otros? Digo paralelamente porque en realidad estas preguntas son iguales, una nos pregunta por la existencia de culturas mejores que otras y la otra por la existencia de hombres mejores que otros, creo que son muy similares por no decir iguales, y creo por lo tanto que la respuesta para estas dos preguntas debería ser la misma.

La tesis que voy a defender es que sí existen culturas mejores que otras en el mundo por diversas razones que a continuación voy a enumerar y a intentar explicar:

En primer lugar, creo que en el ámbito de las culturas existen multitud de ellas y aunque existan algunas que se asemejen también existen, y son más numerosas, las culturas con grandes diferencias entre ella. Por lo tanto, existen culturas pero a su vez las hay muy diferentes, y creo que por el mero hecho de ser diferentes unas de otras hay gente que considera que ciertas culturas son mejores que otras. Es decir, que las culturas son diferentes es el paso previo para decir que hay culturas mejores que otras, porque al ser diferentes habrá personas que piensen que x cultura es mejor y personas que piensen que y cultura es mejor.

Por otro lado, desde mi punto de vista creo que si que hay culturas mejores que otras porque hay criterios que nos permiten ver, diferenciar y comparar las culturas y así poder decidir o pensar que una cultura es mejor que otra. Por ejemplo, con todo el respeto, yo pienso que las culturas occidentales son mejores que las culturas orientales, como criterio para poder pensar esto creo que hay ciertas culturas orientales que son muy estrictas y que para mí, no valoran a la mujer lo que deberían valorarla, ya que por ejemplo, para salir a la calle tienen que llevar un burka o no pueden salir a la calle sin la presencia de su marido por el temor a que otros hombres las puedan mirar.

En tercer lugar, pienso que también puede que opine que si que existen culturas mejores que otras porque muchas veces pensamos que nuestra cultura es una de las mejores, quizás si hubiésemos nacido en otro lugar pensaríamos que esa cultura sería la mejor. Por el hecho de pensar que nuestra cultura es mejor que otras puede que sea por lo que piense que existen unas culturas mejores que otras culturas, ya que la nuestra según este criterio es una de las mejores.

Quienes piensen que no existen culturas mejores que otras expongo que por el simple hecho de que sean distintas serán unas mejores que otras porque se adecuen más a nuestra forma de ser, porque sean más liberales, etc. Por ejemplo, decimos que el color amarillo es nuestro favorito porque no todos los colores son iguales y entonces, ocurre que uno nos gusta más…sin embargo, si todos los colores fueran como el amarillo no podríamos decir que tenemos color favorito puesto que todos serían iguales.

En conclusión, creo que si existen culturas mejores que otras porque como acabo de decir, son diferentes y tan solo eso hace que digamos que una cultura es mejor que otra, también creo que hay culturas mejores que otras porque establecemos unos criterios para decidir que una cultura es mejor que otra, como que sea más tolerante, que se adecue más a nuestras ideas, 

domingo, 19 de febrero de 2012

¿PODRÍAMOS CONOCER LA REALIDAD TAL Y CÓMO ES EN SÍ MISMA?

Para intentar contestar mejor o de un modo más correcto a esta pregunta a la que puede que no sepamos bien a lo que se refiere empezaré  explicando lo que yo entiendo por conocer y también lo que entiendo por realidad.

Por un lado, el verbo conocer significa saber algo acerca de algo. Tengo conocimiento sobre los animales porque soy veterinaria y he estudiado acerca de ellos.
Por otro lado, para mí real es todo aquello que considero que es probable que exista, y si existe es real puesto que forma parte de la realidad. Por ejemplo no considero real a las brujas porque no creo en su existencia.

Es decir, para mí esta pregunta se refiere o significa que si es posible saber qué es la realidad e incluso diferenciar que es real y que no es real.

La tesis que voy a defender es que no podemos conocer la realidad tal y como es en sí misma por una serie de razones que a continuación voy a enumerar:

En primer lugar, creo que no podemos conocer la realidad porque no sabemos con certeza qué es la realidad, no sabemos cuándo algo es real.  O quizás es que pensemos que todo es real, puede que tengamos una mala concepción de la realidad. De modo que si no sabemos qué es la realidad, entonces es que no sabemos diferenciar lo real de lo irreal o no real, así que sin saber qué es la realidad es imposible que podamos conocerla. Por ejemplo, yo no puedo conocer a mi amiga María si no se de la existencia o qué es eso del ser humano, o no puedo saber si estoy soñando o estoy despierta si ninguna vez he soñado, porque no sabría lo que es soñar.

En segundo lugar, pienso que no podemos conocer la realidad tal y cómo es en sí misma, es decir, en su totalidad, porque para poder conocerla tendría que tener experiencias de ella, tendría que haber experimentado con ella, y sin saber distinguir entre algo real y algo irreal resulta incompatible experimentar con ello puesto que no sabría si con lo que estoy experimentando es con lo que en verdaderamente quiero hacerlo, que en este caso se trataría de la realidad.

Por otro lado, creo que no existe toda la realidad pues las personas que creen en la fe cristiana creen en la existencia de Dios, por tanto creen que es real, pero sin embargo todavía no se sabe que alguien lo haya conocido.

En cuarto lugar, y para quiénes pienso que la realidad es todo, puesto que todo lo que existe es real, digo que si pudiésemos conocer la realidad, deberíamos conocer o saber a cerca de todo, algo que creo que es imposible pues una persona, por ejemplo, no puede saber todo o sobre todo, es decir, no puede ser omnisciente, porque si lo fuese no sería un ser humano sino un Dios.

Para aquellos que postulen que sí que podemos conocer la realidad tal y como es en sí misma manifiesto que solo conocemos aquello que se nos muestra, se nos hace patente, es decir, las experiencias, solo podemos conocer algo si hemos tenido experiencias  con o relacionada con ese algo, por ejemplo no podemos decir que no nos gusta el cocido si nunca lo hemos probado, solo a partir de la experiencia podemos conocer las cosas porque a través de la experiencia obtenemos impresiones, sabiendo así si algo nos gusta o no, cómo es algo, etc.

En conclusión, no creo que podamos conocer la realidad tal y como es en sí misma porque no sabemos qué es ciertamente la realidad y como consecuencia de ello tampoco sabemos diferenciar lo que es real de lo que no lo es, además, para poder conocer una cosa antes ese cosa debe haberse procesado, es decir, la cosa en sí no se puede conocer, por tanto, no podemos conocer la realidad.












sábado, 28 de enero de 2012

¿Por qué desconfiamos?

En el ensayo de hoy voy a intentar responder a esta pregunta: ¿Por qué desconfiamos?
He decidido hablar sobre este tema porque he estado reflexionando sobre qué me preocupa para así poder encontrar un tema del que hablar aquí. Cuando estaba haciéndolo se me ha ocurrido esta pregunta al darme cuenta de que muchos de los “problemas” que yo tengo, y que la mayoría de las personas tienen, se debe a la desconfianza.
Para mí desconfiar de alguien o de algo es cuando no nos fiamos de ese alguien o de ese algo, es decir, que no tenemos seguridad en ellos y por ese se produce ese sentimiento de desconfianza hacia ellos. También es, a la vez, como una especie de miedo que se produce al no estar seguros de algo.

La tesis que voy a defender, no es una en concreto sino que se recoge en este abanico de razones que voy a exponer a continuación:
En primer lugar pienso que los seres humanos desconfiamos de nosotros mismos porque no tenemos seguridad de nosotros mismos, es decir, pensamos que no somos capaces de hacer algo, por ejemplo, y se produce la desconfianza como consecuencia de ello. Por ejemplo, hemos estado estudiando durante una semana para un examen pero aún así  no estamos seguros de aprobar, desconfiamos de nosotros mismos, y por tanto creo que al mismo tiempo nos estamos, también, infravalorando. Pero también se produce desconfianza no únicamente propia sino desconfianza de los demás, incluso, de gente con la que habitualmente compartimos nuestros momentos, desconfiamos de gente de nuestro entorno, de nuestra pareja o de nuestros amigos, por ejemplo. En esta última acepción de desconfianza hacia los demás creo que también estamos infravalorando a esas personas que tan importantes pueden ser para nosotros.
Por otro lado, creo que la desconfianza hacía los demás se produce como consecuencia de la empatía. La empatía consiste en ponerse en el lugar del otro, de forma que pensamos que ante una situación nosotros podríamos reaccionar o hacer algo que no es lo correcto según nosotros y que esa otra persona de la que desconfiamos también puede reaccionar de igual modo. Es decir, que la desconfianza se produce como consecuencia del miedo que sentimos que otra persona actúe ante una situación de igual forma que podríamos haber reaccionado nosotros. Esta razón por la que creo que sentimos desconfianza de los demás es en parte egoísta porque pensamos que nosotros lo haríamos pero no queremos que otra persona lo haga. Por ejemplo, una chica puede sentir celos de su novio o miedo a que le sea infiel  cuando está con otras chicas, aunque sean sus amigas, porque quizás piense que ella misma no sabría como actuar si estuviese sola con otro chico.
En tercer lugar, creo que también sentimos desconfianza por el miedo a fracasar. El miedo al fracaso es tan peligroso que nos hace desconfiar de nosotros mismos. Como en el ejemplo que puesto anteriormente, cuando hemos estudiado pero no estamos seguros, desconfiamos, de que vayamos a aprobar, creo que en este caso también se produce por el miedo que tenemos a suspender, o en el otro ejemplo, desconfiamos de nuestra pareja por el miedo a fracasar, en este caso a perderla.
Otra de las razones por las que pienso que desconfiamos es porque anteriormente hayamos pasado malos momentos o alguien nos haya jugado una mala pasada y atribuimos todo esto, el fracaso como he dicho antes, al exceso de confianza que teníamos, entonces tenemos miedo de que por culpa de confiar demasiado se produzca una situación similar a esa otra que en un pasado hemos vivido.
En conclusión creo que desconfiamos por inseguridad hacia nosotros y hacia los demás, por ser demasiado empáticos, por el miedo que tenemos a fracasar y también por miedo a que se vuelva a repetir una situación indeseable que ya hemos sufrido en algún momento de nuestra vida, en general, desconfiamos porque el ser humano actúa y se equivoca y como consecuencia de ello hacemos que nosotros mismos o que otras personas no confíen en nosotros.
Pienso que no deberíamos ser excesivamente confiados pero tampoco hay que confiar en cualquier persona, creo que debemos confiar en uno mismo, por supuesto, y de aquellas personas que siempre han estado ahí o que nos han ayudado cuando lo necesitábamos, porque tampoco hay que exceder y confiar de cualquiera ya que nos pueden hacer daño. Para concluir y como dice el refrán de forma exagerada “no te fíes ni de tu propia sombra”.

sábado, 14 de enero de 2012

¿PERDONAR Y OLVIDAR?


Como hoy tenía que hacer un nuevo ensayo para publicarlo en mi blog y no sabía sobre qué hacerlo, me puse a escuchar música para haber si se me ocurría algún tema o formulaba algún problema sobre el cuál poder hablar aquí.
Escuché una canción que hablaba sobre el perdón, y lo relacioné con olvidar porque había visto una frase que decía lo siguiente: “Perdono pero nunca olvido”.

A lo que yo me estoy refiriendo cuando me planteo esta pregunta es al conjunto de estas dos palabras, es decir, me pregunto si se puede perdonar algo a alguien y a la vez también olvidarlo, ¿se puede perdonar algo y  actuar como si no hubiese sucedido, es decir, olvidarlo?

Para que la pregunta esté más clara y se más fácil de comprender voy a definir estas dos palabras, según lo que para mí son.
Por un lado perdonar es disculpar a alguien por haber hecho o dicho algo que puede haber resultado molesto a otra persona, olvidar lo que ocurrió.
Olvidar es no recordar algo que ha sucedido.

La tesis que voy a defender es básicamente todo lo contrario a la frase que he expuesto antes.
“ Perdono pero nunca olvido”. Creo que para poder perdonar algo o a alguien debemos olvidarnos de lo que ocurrió.
Defiendo esta tesis porque creo que cuando alguien hace algo que nos resulta molesto aunque perdonemos a esa persona siempre vamos a recordarlo aunque no le guardemos rencor a quién lo hizo.
Las razones por las que defiendo esta tesis son las siguientes:

En primer lugar, creo que existe una estrecha relación entre perdonar y olvidar.
Desde mi punto de vista pienso que olvidar es el paso previo para poder perdonar algo.
Creo que para poder perdonar algo antes debemos de haber olvidado la situación o el mal rato que nos ha provocado ese sentimiento de rencor hacia otra persona, porque si aún se tiene presente no se podrá perdonar, por ejemplo, si alguien nos hace de pasar un mal rato porque nos insulte delante de otra persona no le podemos perdonar si no olvidamos lo sucedido, actuando como si nada hubiese sucedido, ya que si lo seguimos recordando es que todavía guardamos algo de rencor hacia la persona que provocó esa situación.
Es decir, pienso que para perdonar debemos de aplicar la frase “Borrón y cuenta nueva”.
Debemos olvidar o borrar de nuestra mente lo sucedido y empezar de nuevo como si nada hubiese pasado.

En segundo lugar, creo que la frase de “Perdono pero nunca olvido”, es completamente incierta porque cuando no olvidamos algo que hemos perdonado entonces es que en realidad no hemos perdonado porque todavía lo tenemos presente. Como he dicho antes perdonar y olvidar están muy relacionadas ya que una constituye el paso previo para poder llevar a cabo la otra.

Hay quiénes defienden al igual que la frase de “Perdono pero nunca olvido”, en mi opinión diré que entonces lo que realmente hacen no es perdonar verdaderamente, se puede perdonar a alguien y aún así recordar que nos hizo de pasar un mal momento, pero en este caso el perdón no es un perdón verdadero, sino una mentira, al igual que se puede decir a una persona te quiero cuando no la quieres.
En conclusión, creo que no se puede perdonar sin olvidar, sino que por el contrario, para poder perdonar antes debemos de olvidar. Perdonar es olvidar algo que nos ha hecho sentirnos mal, por tanto, lo primero es olvidar.




martes, 3 de enero de 2012

¿POR QUÉ LAS PERSONAS CAMBIAMOS DE PERSONALIDAD?

Como tenía que publicar en mi blog, y no sabía de que hacerlo, me puse a pensar sobre cosas que me preocupasen y me hice esta pregunta que acabo de formular: ¿Por qué las personas cambian de personalidad?

Lo que me hizo llevar a esta reflexión, fue el porqué algunas personas que conozco, y que supongo que todo el mundo conocerá a alguien así, en relativamente poco tiempo han cambiado mucho en cuanto a su personalidad.

Para entender mejor la pregunta, voy a definir con mis palabras lo que para mí significa personalidad, para mí, la personalidad de alguien son las características de la forma de ser de alguien, que son únicamente suyas, es decir, que cada persona tiene su propia personalidad, aunque lógicamente existen personas que tienen una personalidad parecida pero nunca es exactamente igual, cada persona tiene una personalidad, que como la palabra dice es personal, únicamente de alguien.

La tesis que yo voy a defender, y por la cuál yo creo que las personas cambiamos, es porque la vida va evolucionando y, nuestra vida va también cambiando, se nos presentan distintas situaciones, personas, etc.


En primer lugar, creo que las personas cambiamos porque somos individuos que nos dejamos influenciar por otros individuos de nuestra misma especie, por otras personas. Con frecuencia pasa que alguien cambia de su situación en la sociedad, por ejemplo, cambia de amigos, encuentra pareja, etc, todo esto hace que esa persona cambie y como dócil, su personalidad cambia, sus pensamientos, sus ideas, etc, que aunque no siempre es así, la mayoría de las veces si que se cumple esta regla.
Por ejemplo, cuando uno de nuestros amigos, o incluso familiares, encuentra una pareja, y notamos como se distancia de nosotros o como no es la misma persona que era antes, que ya no comparte las ideas que antes sí que compartía, apreciamos un importante cambio en la relación que antes teníamos con esa persona.
Desde mi punto de vista, esto no debería de ser así, porque pienso que aunque encontremos pareja, cambiemos de amigos, etc, deberíamos de mantener la misma relación con el resto de personas, y por supuesto que no deberíamos de cambiar nuestra forma de ser por otra persona, porque cada uno es de una forma, y al cambiar la forma de ser creo que dejamos de ser nosotros mismos, pasamos a ser otra persona elegida a gusto de nuestra pareja, amigos, etc.
Quizás aunque ahora mismo esté defendiendo está idea, en un futuro a mí, al igual que a otras personas, también me suceda esto, pero pienso que no deberíamos cometer este error, que creo que es algo muy importante y que puede ser un problema, porque perdemos nuestra personalidad, dejamos de ser nosotros mismos.

Por otro lado, creo que las personas también cambiamos de personalidad porque la vida nos presenta diversas situaciones muy diferentes, algunas difíciles, otras no tanto, etc, que hacen que nuestra personalidad se vea afectada.
Las diversas situaciones a las que nos enfrenta la vida hacen que actuemos ante ellas, e incluso, a veces, que cambiamos nuestra forma de ser.
Por ejemplo, una persona que es muy alegre, extrovertida y feliz en un momento de su vida vive una situación difícil, la muerte de un familiar, por ejemplo, puede que su personalidad cambie y que pase a ser una persona depresiva, triste, o incluso, sin ganas de vivir.
Tampoco creo que esto debería ser así, porque creo que lo más importante somos nosotros mismos y si perdemos nuestra propia personalidad dejamos de serlo.


En conclusión, creo que las causas por las cuales las personas cambiamos nuestra forma de ser, nuestra personalidad, es debido a que en la vida nos enfrentamos a muchas situaciones muy distintas, a relacionarnos con personas que nos influencien y hagan que nuestra personalidad cambie, dejando de ser nosotros mismos, por otro alguien a gusto de esas otras personas, o que seamos otra persona influenciada por las situaciones que hemos vivido.